Elena Queiruga, fundadora de TIZA, nueva startup acelerada en Incubazul, habla sobre la revolución del protector solar ecológico que preserva la salud de los océanos y las personas.
En una conversación inspiradora, Elena Queiruga, cofundadora de TIZA, comparte cómo su pasión por el surf y la naturaleza la llevó a crear un protector solar que no solo es eficaz y natural, sino también respetuoso con el medio ambiente. Con una misión clara de reducir la contaminación marina, TIZA se posiciona como un referente en la economía azul, ofreciendo soluciones sostenibles y tecnológicamente avanzadas para proteger los océanos mientras cuida la piel de sus usuarios.
¿Qué personas forman el equipo de Tiza?
Guillermo Villar Álvarez: Administrador y responsable ventas en su establecimiento propio, valorando la funcionalidad del producto in situ.
Técnico deportivo especializado en surf, juez internacional por I.S.A. y técnico en comercio. Con una experiencia profesional muy ligada a los deportes acuáticos, como gestor y coordinador de diferentes escuelas de surf. Actualmente dirige su propia escuela llamada DKD SURF SCHOOL.
Elena Queiruga Jimenez: Responsable de la imagen, publicidad, ventas, atención al cliente y laboratorio/ fórmula.
Técnico superior en salud ambiental, además cuenta con formación en temas forestales y de educación ambiental.
Ha realizado trabajos de depuración, control y guardería fluvial, y actualmente trabaja como bombera forestal en el dispositivo INFOCA de la Junta de Andalucía.
“Mi formación técnica me permite tener conocimientos de laboratorios, lo cual es básico para poner en marcha este proyecto cosmético.”
¿Cómo os conocisteis y surgió la idea de trabajar juntos en este proyecto?
Nos conocimos surfeando. Teníamos la necesidad de encontrar una protección solar que aguantara las largas sesiones de surf y no dañara ni la salud ni los fondos marinos, para nosotros y nuestro hijo, lo cual es muy complicado de encontrar, así que surgió como una necesidad propia.
¿Qué problema específico relacionado con la economía azul busca resolver la startup?
La principal causa de la contaminación marina está ligada a la actividad humana, en nuestra forma de vida y de consumo. El turismo costero y sus actividades ligadas al mar van en aumento año tras año. Este turismo masivo puede ser perjudicial para la conservación de los espacios naturales, de hecho, esta industria devuelve al océano 8 millones de toneladas de residuos plásticos al año. Estos residuos no sólo afectan a la limpieza de las playas, sino también a sus habitantes y al ecosistema marino. Entre estos contaminantes están los protectores solares químicos.
En TIZA tratamos de que los sectores económicos que llevan a cabo su actividad en los mares, océanos y costas, reduzcan su impacto negativo en el medio ambiente, ofreciendo un protector solar sin ingredientes nocivos ni envases de plásticos y altamente efectivo, dando solución a éste problema.
¿Ayuda la tecnología a potenciar vuestra solución?
Los avances tecnológicos ayudan a potenciar nuestras dos soluciones aportadas a las contaminaciones oceánicas:
Por un lado, los avances tecnológicos están transformando la industria de la cosmética natural, permitiendo nuevas formas de formulación, de ingredientes naturales de última generación y de producción, mejorando la eficacia y la estabilidad de los productos, sin alejarnos de su esencia artesanal.
Por otro lado, los avances tecnológicos nos ayudan con la investigación en materiales Eco-friendly para packaging, para reducir así su impacto ambiental.
¿Cómo contribuye tu solución a la sostenibilidad de mares y océanos?
Estudios mundiales demuestran que hasta 14000 toneladas de químicos provenientes de productos solares, acaban en los océanos siendo muchos de ellos altamente contaminantes para la flora y la fauna marina, afectando al crecimiento incontrolado de algas, intoxicando los arrecifes y embriones de peces. También son tóxicos para nuestro organismo. Las investigaciones apuntan a que la mejor manera de protegerse del sol sin perjudicar sería usar una crema densa, sin productos químicos, y que sea resistente al agua, evitando su disolución en ésta.
TIZA cumple con estos requisitos, una protección solar alta, 100% natural y con una base de cera de abejas insoluble en agua. Muy apropiada para pasar largas exposiciones al sol y al agua.
Otro gran problema de los Océanos es la contaminación plástica. Esta contaminación asfixia a la fauna marina, deteriora el suelo, envenena las aguas subterráneas y puede causar graves consecuencias para la salud humana.
Los materiales biodegradables y reutilizables se posicionan como excelentes alternativas al plástico, permitiendo reducir el impacto ambiental. Entre estos materiales se encuentran el papel.
El packaging de TIZA es 100% papel 0% plástico, gracias a su innovador envase de cartón kraft eco.
Resaltamos también que nuestra marca prioriza el consumo de cercanía en todos sus detalles.
¿Cuáles son los principales colaboradores que os ayudan con vuestro producto?
Estamos estrechamente ligados a la empresa de fabricación de Cosmética Natural (LAIOL BIOCOSMETICS) que elabora nuestros productos. Este laboratorio está en constante investigación y desarrollo, asegurando que cumplen con los más altos estándares de cosmética ecológica certificada.
¿Educas y conciencias a tu audiencia sobre la importancia de la sostenibilidad marina a través de tu proyecto?
¡Por supuesto! Es uno de los pilares fundamentales de TIZA, sin la educación y concienciación ambiental, no sería TIZA.
Creemos enérgicamente en la educación ambiental como herramienta para un cambio hacia un mundo mejor, lanzando constantemente mensajes de sostenibilidad de los océanos, sin olvidar la salud, especialmente, la de los más pequeños, tan vulnerables a los rayos solares.
¿De qué logros estáis más orgullosos?
Nuestro mayor logro es saber que nuestro producto es funcional como protector solar y que realmente respeta el medio ambiente, tanto el contenido como el continente.
Hemos conseguido varios distribuidores tanto en deportes acuáticos como en farmacia, lo cual es muy complicado en este sector tan madurado.
¿Cuáles son los planes a futuro?
Estamos investigando nuevas fórmulas cosméticas para comercializar un fotoprotector con las mismas características del actual pero que sea fluido su aplicación corporal, teniendo así una línea cosmética más completa.
Pero los planes de futuro principales son expandir la marca, trabajar en publicidad para dar a conocer la marca y poder asentarnos en el sector del deporte acuático y de nieve especialmente, y en deportes de aire libre.
Otro nicho muy interesante es la puericultura, donde también estamos teniendo buena aceptación.
¿Recomendarías esta iniciativa liderada por la Zona Franca de Cádiz a otras startups de economía azul?
¡Claro que sí! Principalmente porque todo lo que sea fomentar y trabajar en ecología me parece fundamental en estos tiempos.
Llevamos poco tiempo aún pero de momento me parece una iniciativa bastante activa, profesional en muchos campos y comprometida con las startups.
¿Qué lecciones importantes has aprendido durante tu recorrido con la startup hasta ahora?
Es un aprendizaje diario. Hemos trabajado la paciencia, hay que sembrar y esperar, esperar y esperar para recoger. Recompensa y reconocimiento externo del esfuerzo en la inversión de materiales de calidad e innovadores.
A confiar en expertos y en sus experiencias, y sentirse respaldados por ellos.
A ser positivos y no perder nunca la ilusión. Pero lo más importante, hemos aprendido el valor de poner un producto en el mercado lo más seguro posible tanto para la salud como para el medio ambiente.
¿Qué consejo le darías a otros emprendedores que buscan desarrollar soluciones en el ámbito de la economía azul?
No perder nunca los pilares fundamentales de su empresa, en este caso uno debería de ser la sostenibilidad de los océanos.
Muchas veces sientes la tentación de elegir soluciones mucho más económicas o fáciles para tu empresa que las sostenibles, que a veces son mucho más complejas, entonces pierdes tu esencia, tus pilares, esto no debe ocurrir.
